¿Es Peligroso Caminar por el Callao?

Información útil al final

Si no conoces el Callao, es muy probable que te hayan dado una imagen negativa de este lugar. Comprendo que sea así, pues todos los medios de comunicación se han encargado de mostrar solamente su lado negativo. 

No puedo ser indiferente con el Callao, es mi tierra natal. No crecí allí, pero siento como si la hubiese recorrido de extremo a extremo, gracias a las historias de mi padre, el chalaco* más orgulloso que he conocido.

"Antes de hablar del Callao tienes que lavarte bien la boca con bastante jabón y lejía", es una de las advertencias de mi padre cada vez que alguien osa hablar mal de su terruño.

Y es que son muchos los que consideran al Callao un lugar apocalíptico y sin nada para ofrecer. Bueno, quizá no sepan que en el Callao se ubica el primer puerto del Perú, uno de los más importantes en Sudamérica.

O tal vez, no sepan que el Aeropuerto Internacional Jorge Chavez se encuentra en territorio chalaco, y no sobre Lima. O ignoren que en la historia de la salsa, el Callao ha contribuido al desarrollo y difusión de esta música en el Perú y el mundo.

No voy a negar que en el Callao existen zonas en las que es mejor no ingresar, pero también hay muchas zonas agradables en las que se puede caminar con absoluta tranquilidad, como su Centro Histórico, o el distrito de La Punta.

Y lo afirmo con pruebas, yo he recorrido el Callao junto a mi padre. He caminado por sus picantes calles, me he paseado por su principal avenida (Sáenz Peña), y he comprado ropa en su famoso mercado, en donde también venden unos exquisitos panes con chicharrón que recomiendo probar. 

Sin embargo, nunca había ido solo. Así que, aprovechando una breve estadía por Lima, decidí visitar el Callao, para conocer algunas zonas en las que es seguro andar en solitario.

Recorriendo el Callao a pie

Inicié mi "temeraria" caminata justo al frente de la Fortaleza del Real Felipe, un fuerte militar construido cuando el Perú era todavía una colonia de España, allá por el siglo XVIII. 

Llegar allí fue fácil, sólo me bastó tomar un microbús en la Avenida La Marina, en el distrito de San Miguel. Nada complicado.

La curiosidad por conocer esta imponente construcción me obligó a ingresar. Mi reloj marcaba las dos de la tarde, así que la caminata hacia La Punta podía esperar un poco.

Ya en la boletería, una mujer, "la sargento", de mal carácter y vestida con uniforme militar de camuflaje, me "esperaba". No es raro ver a tantos militares por aquí, ya que esta fortaleza la administra el ejército peruano.

Ni en la peor de mis pesadillas pude imaginar la cantidad de niños en el tour que tomé. Fueron como 30 niños, acompañados por sus padres y profesores. Ellos hicieron el recorrido un dolor de cabeza para la sargento, y para mí también, bueno, son niños, curiosos, inquietos y gritones por naturaleza.

Con la sargento haciendo de guía, nuestro primer punto de interés dentro de la fortaleza fue la estatua de Francisco Bolognesi. Curiosa estatua que muestra al héroe peruano en una pose bastante desganada, muy diferente a la que se encuentra actualmente en la plaza que lleva su nombre en el Centro de Lima, gloriosa y épica. 

La sargento nos dijo que esta estatua fue retirada de la plaza a principios del siglo XX, ya que fue blanco de duras criticas por obvias razones. Ahora ésta reposa en el Real Felipe como un curioso recuerdo. Acertada decisión.

La sargento, ella era intimidante

Cerca de allí llegamos a la "Casa del Gobernador", un ambiente con muchas pequeñas habitaciones de techo semicircular. Habitaciones en las que se exhiben, desde cerámica preinca, banderas, armamentos, y bustos de héroes de la independencia, hasta piratas de cera de la época virreinal.

¡Espera!, ¿piratas de cera? 

¡Sí!, y tremendo susto que nos dimos cuando la inexpresiva sargento, nos llevó a uno de los ambientes que sospechosamente estaba a media luz.

Ella nos explicó con total seriedad que la principal función de la fortaleza fue la de proteger al puerto del Callao de los piratas, lo cual es cierto. Lo extraño fue oírle decir que conservaban una estatua de cera de un pirata de aquella época.

Todos miramos con curiosidad esa "inerte" estatua mientras nos acercábamos entre la penumbra, pero, súbitamente... ¡aaah!, la estatua grita y salta. Era un hombre disfrazado.

Creo que tomé el tour infantil. El pirata actuaba como Jack Sparrow. Los niños felices

Mi gusto por las alturas quedó satisfecho al llegar al Torreón del Rey, última parada del tour y la más interesante.

Al ingresar al torreón me encontré con un laberinto de estrechos pasajes no aptos para claustrofóbicos. 

Yo quería seguir conociendo el interior, pero la sargento casi corriendo nos llevó hasta la parte más alta, desde donde es posible tener una vista panorámica del Callao y del puerto.

No quiero parecer un viejo cascarrabias, pero, mientras disfrutaba de la vista del Callao desde el torreón, algo interrumpió mi tranquilidad.

Fue una niña, del numeroso grupo de párvulos, que después de terminar de beber agua de su botella de plástico, arrojó ésta sin ningún reparo desde lo alto del torreón, sumándose después otros niños que las dejaban escondidas entre los cañones.

Yo me conozco, sé que no sé tratar con niños cuando estoy furioso (tengo complejo de Herodes), aunque pensando mejor, mi rabia no debía ser contra ellos, los niños sólo repiten las conductas de los padres. 

Padres, ¿qué les pasa compatriotas? ¡criemos mejores peruanos, por favor!

El Torreón del Rey

Dentro del Torreón y sus laberínticos pasajes

Un corto video dentro del torreón

Ahora sí ¡hacia La Punta!

El tour por el Real Felipe me decepcionó, pues me quedó muy corto y con la impresión de ser más un tour para niños. El pirata estuvo casi media hora realizando su espectáculo.

Por fortuna, el sol aún estaba alto en el cielo como para seguir la caminata hasta el distrito de La Punta.

Andar por las calles cerca al centro del Callao con una cámara fotográfica no me hizo sentir muy seguro, más aún viendo a grupos de jóvenes de un aspecto, a mi parecer, de temer. 

Me sentí un poco más seguro cuando llegué a la Plaza Grau. Unos metros más adelante está el muelle dársena, en él, pequeñas embarcaciones ofrecen recorridos diarios por el puerto.

El mar siempre transmite tranquilidad y es lo que se siente en los alrededores, perfecto para pasar el tiempo y disfrutar de la agradable vista.

Singular señor con singular transporte que viajaba con música a todo volumen 

Plaza Grau

Vista del Muelle Sur del Puerto del Callao desde el muelle dársena

El Faro del Muelle

Desde el muelle en vídeo

Pasé demasiado tiempo contemplando el mar, y la tarde ya se iba despidiendo, así que debí apurarme. En mi raudo camino hacia La Punta, pasé por el Museo de Sitio Naval Submarino, en el que descansa el legendario submarino Abtao, pero ya estaba cerrado.

Llegando a la zona de Chucuito, encontré varias casas antiguas de madera que aún se conservan en buen estado, pero lo más resaltante allí son las fachadas de las casas, pintadas de llamativos colores. Quise tomar algunas fotos, pero, nuevamente en los alrededores, un grupo de adolescentes de gorros y bermudas me hicieron temblar de miedo.

El submarino Abtao, ahora convertido en el Museo de Sitio Naval Submarino

Una pequeña parte de lo que vi en Chucuito

Al fondo el buque de investigación científica Humboldt desde la Playa La Rivera - Chucuito

Pasos más adelante y el pintoresco distrito de La Punta hizo su aparición, un lugar tranquilo y residencial. La gente que vive allí es de clase media-alta, eso dicen, y se nota por lo que vi. Fue agradable ver limpia sus calles y la sensación de seguridad que se siente allí, un alivio después de tanta tensión.

En la parte norte de la costa del distrito se encuentra un bonito malecón, el Santiago Figueredo, con altos y modernos edificios, clubes y también muchas elegantes casonas muy bien conservadas en las cercanías, lo único decepcionante fue la seguridad municipal, que me impidió tomar algunas fotos, me detuvieron en varias calles haciéndome miles de preguntas tratando de averiguar porqué tanta foto. Al final, sólo me dejaron fotografiar la Plaza Matriz del distrito, ¿qué onda?

Mi debilidad son la casonas

Plaza Matriz de La Punta

Cansado y fastidiado, decidí salir de todo ese acartonamiento y fui hacia la Plaza San Martín con dirección a la playa y contemplar el atardecer, el mejor que vi en todo el año. A la distancia podía apreciar claramente las islas de San Lorenzo y El Frontón.

Mucha gente viene aquí a descansar, conversar, a pasar el rato, ¡todo es demasiado apacible!, tanto que olvidé que me faltaba llegar al humedal de La Arenilla, ubicado a pocos metros de donde estaba.

Antes de dirigirme a La Arenilla, ingresé a un encantador mirador, una especie de glorieta donde también funciona una cafetería. La entrada al mirador es gratis, y el ingreso se hace por un costado.

El mirador desde la playa donde me puse a "meditar"

Atardecer en La Punta, Callao

Barrera contra las olas

Vista del mirador y las islas desde la playa contigua 

La Arenilla es un humedal creado artificialmente, donde las aves de la zona y migratorias, vienen a alimentarse. Si eres fanático observando aves este lugar es perfecto para ti. Yo llegué cuando los últimos rayos del sol se ahogaban en el mar, el peor momento para observar aves, ya que éstas a esa hora ya se encontraban dormitando, además era temporada baja, así que aquello no era un humedal rebozante de vida.

A lo largo del humedal hay un tranquilo malecón con información completa de las distintas especies de aves que habitan el lugar. 

Tuve que apurar el paso porque ya caía la noche. En el humedal a esa hora hay poco tránsito de gente, y no me sentía nada seguro, más aún cuando a lo lejos vi, ¡sí! ¡otra vez!, a esos grupos de jóvenes poco confiables, que me obligaron a literalmente salir trotando de allí con dirección a la avenida Grau, desde donde pasaba el bus que me llevaría de regreso a casa, en el distrito limeño de San Miguel.

En La Arenilla, la aves ya estaban inactivas haciendo la digestión :D

La Arenilla

Atardecer en La Arenilla

Al fondo la Costa Verde

¿Vale la pena caminar solo por el Callao? Por supuesto que sí, especialmente por el Centro Histórico y el distrito de La Punta, yo la pasé muy bien, además hay muy buenos restaurantes donde preparan deliciosa comida marina. 

La única recomendación es ir siempre atento, mirando cualquier movimiento extraño, pero no porque sea el Callao, sino porque el país entero atraviesa por una etapa algo agitada, en la que unos cuantos descarriados, hacen de la vida diaria en las calles una constante tensión, pero vamos, podemos cambiar esta situación.

Información:

- Pasear a pie por los lugares que he mencionado es relativamente seguro, pero si vas con una cámara fotográfica, y un celular, ve en grupo, ya sabes, por si las moscas, hombre y mujer precavido, vale por dos.

- Si quieres visitar el Real Felipe, el horario de atención es de 9am a 4pm de lunes a domingo, el costo es de 10  soles adultos, 5 soles niños, el tour dura casi 2 horas, es perfecto para los niños se divertirán mucho. Más información en su web, haz clic aquí

- En el muelle dársena (por la plaza Grau), pequeñas lanchas a motor te llevan por 10 soles por los alrededores de La Punta y el puerto del Callao, atienden toda la mañana y la tarde. También pues visitar las Islas Palomino, ve la info AQUÍ

- El Museo de Sitio Naval Submarino, atiende de martes a domingo de 9:30am a 4:30pm, más información AQUÍ. 

- La mejor época para visitar el humedal de La Arenilla es en verano, a partir de diciembre, porque muchas aves migratorias llegan al lugar buscando comida y calor. Recuerda llevar un buen teleobjetivo para las fotos y prismáticos.

*Chalaco: Natural del Callao.

Mapa: Recorrido desde el Real Felipe hasta La Punta, Callao