Cómo llegar a la Cascada de Mortero

Mapa de la ruta, información y video al final

Hola estimado caminante. 

¿Buscando cómo llegar a la cascada de Mortero?

No preocupes, yo te ofrezco en esta entrada toda la ayuda que está a mi alcance. Pero el resto lo pones tú.  

Y créeme, será mucho lo que tendrás que dar. Tal vez unas 2800 calorías, 2 litros de sudor, y si se te pone difícil pues agrégale unos 20 mililitros de amargas lágrimas, y una docena de groserías al viento para aliviar tensión.

Quizá esta ruta no sea tan difícil como la describo en esta entrada. Quizá sólo es una errada y muy pero muy subjetiva percepción...

¡Esta bien! ¡Lo confieso!

Cometí un error. Nunca debí tomar un improvisado atajo. ¡Nunca! 

En los párrafos siguientes te contaré mi sufrida historia hacia Mortero, y espero que mi experiencia te sirva para no cometer la misma imprudencia que yo.

El puente hacia el más allá

Primero, ubiquemos en el espacio/tiempo el destino: la cascada de Mortero. Ésta se encuentra, al igual que Palacala y Huanano, en la cuenca media del río Rimac.

Y para llegar a ella sólo basta tomar la Carretera Central, usando los únicos medios de transporte que yo conozco: primero los chosicanos, y luego los microbuses que van a Matucana desde Chosica.

Para este paseo, mi hermana, y mi amiga Cynthia, alias "La Chasqui", se animaron a acompañarme. ¡Ay, incautas mujeres!, las hice sufrir. Más adelante entenderás el porqué.

La aventura empezó luego de tres horas y media de viaje, tiempo que nos tomó llegar hasta el puente Habich, punto de partida del sendero hacia Mortero.

Perdí un poco el aliento al ver las enormes montañas que debíamos ascender. El terreno es muy empinado, mucho más abrupto que la ruta a Palacala.

En el puente Habich

¿500 metros? ¡MENTIRA!

Una "sesión de fotos" sobre el puente Habich fue el preludio de nuestra agotadora caminata que, en teoría, duraría no más de 3 horas, según la información que yo manejaba en aquel momento. 

Mis valientes acompañantes no debían temer, todo estaba fríamente calculado.

Además, fue una buena señal ver un letrero al lado del puente que indicaba la distancia hasta la catarata de Mortero, unos escasos 500 metros. Eso es demasiado bueno.

¿O serán años luz?

Hasta Ayas vamos

Ayas, es un pueblito por el que se debe pasar si o si. Pero, el zigzagueante camino y mi impaciencia, hicieron que surgiera en mi cabeza una loca idea: tomar un atajo siguiendo una línea recta a través de los empinados campos, guiándome sólo del Google Maps. 

Pero fue imposible, los cerros allí son enormes, y de una pendiente de casi 45 grados. 

Continuamos por el camino en zigzag, y justo cuando ya empezaba a resignarme, unos hombres nos dieron un aventón hasta Ayas en su auto.

En Ayas. Gracias a ellos nos ahorramos dolor, sudor y lágrimas

Y seguíamos subiendo... abajo pero no tan abajo el pueblo de Ayas, mas abajo el puente Habich

El yogur del mal

Por insistencia de nuestros salvadores, compramos en Ayas un litro de yogur de aguaymanto a sólo 6 soles, pero no logramos terminarlo. Yo no soy muy aficionado al yogur, apenas di un tímido sorbo, quien bebió una buena cantidad fue Cynthia, y pronto ella lo lamentaría.

De Ayas, continuó otro desafiante camino en subida y en zigzag. Este daba la impresión de no llevar a ningún lado, por eso sugerí, otra vez, cortar camino para llegar lo más rápido posible a la parte más alta de la ruta, donde ya no hay más cerrados zigzags.

Fue una mala decisión.

Cruzar a través de los abruptos campos es bonito, pero desgasta física y mentalmente. Es capaz de convertir a un joven lleno de vida, en un muerto viviente secándose bajo el implacable sol serrano. 

En esta situación cualquier cosa podía ir mal... 

Cynthia, la chasqui bebedora de yogur de Ayas, de pronto comenzó a sentirse muy mal, sentía malestar estomacal y algo de nauseas, se veía algo "verdosa", y nos alarmó cuando minutos después, nos dijo que su visión se había puesto en blanco. 

¡No te desmayes por favor!

Afortunadamente mi hermana estudió enfermería, y bueno, supongo que ella sabe cómo proceder en estos casos, eso espero. Porque yo no hubiese sabido qué hacer si Cynthia se desmayaba en pleno cerro.

Subíamos y subíamos los campos tratando de retomar el camino, al fondo el destino

La fortaleza de mi hermana me sorprendió ese día

Resucitar para llegar

Estuvimos cerca de dar media vuelta y volver a Lima para cuidar la salud de Cynthia, pero ella sacó fuerzas no sé de dónde, y logró superar el preocupante malestar. 

Se recuperó tan milagrosamente que después de un reparador descanso ella iba delante de nosotros, y a paso veloz. Quizá tomó su segundo aire.

Superado el problema, y con las horas pasando rápidamente, encontramos, luego de un par de horas, el camino correcto en la parte alta. 

Este camino es más "recto", por decirlo de alguna manera, porque también tenía algunas curvas, pero por lo menos se notaba que avanzábamos. 

De lejos ya se podía distinguir el fin de la quebrada, lugar en el que el agua cae formando la cascada de Mortero (2800 m.s.n.m.). 

Unas horas después y mientras el sol nos abandonaba, llegamos a nuestra meta, un puente colgante que está a sólo unos metros de la cascada.

Y ahora a bajar con cuidado al puente colgante desde donde se ve la cascada completa

Sobre el puente, el cansancio era notorio

La cascada de Mortero

Foto para la posteridad

Un retorno arriesgado

En la base de la cascada hay una pequeña poza natural de regular profundidad, yo había traído mi ropa de baño, pensaba darme un chapuzón, pero ya eran más de las 5 de la tarde, y los rayos del sol ya no caían por ahí.

Además, corría un viento helado. Tuve que cancelar mi anhelado baño a pesar que lo necesitaba, pues estaba lleno de caca de burro.

El regreso fue otra historia. Nos cayó la noche en las alturas. Aunque ese día la suerte nos acompañó. 

Primero fueron los señores en su auto al inicio de la ruta, y luego la noche clara de luna. Estaba oscuro, pero la luz de luna nos permitió ver el camino y las piedras para no tropezar y caer por el precipicio, y sí, no trajimos linternas, es que somos pumas salvajes.

Llegamos vivos y coleando al puente Habich poco antes de las 8 de la noche. 

Allí no hay ningún pueblo, y los buses, camiones y demás autos pasan a toda velocidad. Sólo había unas tres casitas al otro lado de la carretera, en donde tuvimos que pedir ayuda para llegar a San Jerónimo de Surco, y luego tomar el bus hacia Chosica, y de allí a Lima.

Felizmente otra vez el "Universo" conspiró (¡sí claro, como no!) y logramos conseguir que un chofer suicida con un sutil olorcillo etílico, nos llevara a San Jerónimo de Surco en su endeble mototaxi. 

¿Te imaginas a esta motocuy de noche, a toda velocidad pasando enormes camiones en cada curva de la Carretera Central? No sé cómo sobrevivimos, pero aquí estamos.

Hacia Ayas y la carretera central desde el puente colgante, ya era tarde

Caminata a Mortero en vídeo 😊

Cómo llegar a la cascada Mortero
    

1. Primero, ten presente que la temporada de lluvias es de diciembre a marzo, y febrero es el mes más lluvioso y propenso a los huaicos en la Carretera Central.

2. Al igual que en Palacala y Huanano, puedes llegar a Mortero tomando dos minibuses, primero un chosicano, que pasa por el Paseo Colón en el Centro de Lima, cobran 4 soles hasta Chosica.

3. En Chosica bajas en el Parque Echenique de donde parten otros minibuses que van a Matucana, el costo es de 5 soles, cuando llegues a San Jerónimo de Surco, ¡atento!, que el puente Habich no está muy lejos, dile al cobrador que te deje allí.

4. Al llegar al puente cruza la carretera, porque Ayas está al lado izquierdo de ésta, si vienes de Lima. Luego sigue el camino que te indica el cartel mentiroso. Sólo sigue la ruta que asciende.

5. Una vez en Ayas, recuerda siempre ir por el camino que asciende y que se dirija hacia el fin de la quebrada, pues hay otro que va por abajo, y otro más adelante que va para otra quebrada, ¡oh! y no intentes cortar camino como yo, es peor.

6. Si tienes auto puedes llegar hasta la misma cascada, pues este ruta es una trocha carrozable, pero si no tienes auto y quieres hacer la ruta a pie desde el puente Habich, considera que tienes que tener buen físico y llevar mucha agua. Si vas lento puedes llegar en 3 horas o más, ten cuidado con regresar de noche, los micros a Chosica sólo pasan hasta las 8pm.

Y por último, disfruta de la caminata. No importa cuanto te cueste, es agradable sentir el corazón latir con fuerza.

Recuerda comentar la entrada y contarme cómo te fue.

Te leo.

Buen viaje. 😊

Ruta a la cascada Mortero