¿Es seguro viajar por el Perú?
¿Es seguro viajar por el Perú? ¿Puede pasarme algo malo si voy de mochilero por este país?
A ver estimado lector, no tengo una respuesta definitiva para esta importante inquietud, pero confío en que nada malo te pasará.
Sin embargo, no puedo tapar el sol con un dedo, y no puedo negar que en el Perú pululan... ummm ¿cómo podría llamarles?
¿Personas?
No lo creo.
¿Animales tal vez?
¡No!, los animales no tienen la culpa de actuar sólo por instinto.
¿Entes?
Sí, ¡eso es!
Hay entes sin alma capaces de hacer daño a pacíficos seres humanos que viven y viajan por esta hermosa tierra.
Y sí, quizá pueda pasarte algo malo si llegas a cruzarte con uno de estos entes desalmados, y no es un problema exclusivo del Perú, pues estos entes están desperdigados por todo el planeta.
La buena noticia es que es más probable que no te pase nada, porque las personas de buen corazón o que simplemente quieren vivir tranquilas sin ser molestadas, ni molestarte, son mayoría en el Perú.
¿Qué puedo hacer entonces?
Si vas a viajar solo, con poco presupuesto, tirando dedo y durmiendo en lugares baratos, lo primero que debes de hacer es estar muy atento a cada pequeño detalle a tu alrededor.
Andar con la "boca abierta" es un imán para estos entes.
Segundo: debes de obtener lo más pronto posible los consejos de la gente local sobre la seguridad del lugar, eso ayuda muchísimo.
Eres aventurero. Lo sé. Pero por favor, evita ir por calles solitarias o truculentas, máxima atención en las noches, en especial las noches de juerga, y lo principal, dosifica con extrema cautela tu confianza hacia los extraños.
Lo sé, es algo fastidioso estar en plan "a la defensiva". Quisiera que el Perú algún día tuviese la seguridad de Islandia o de Japón... soñar no cuesta nada.
A veces he escuchado a algunos viajeros mencionar que el poder de la mente positiva, y el poder de la atracción pueden protegerte.
Y puede sonar místico y muy bonito, y hasta ser de utilidad para cambiar nuestra visión del mundo, pero es sólo un bonito autoengaño.
Cosas malas también le ocurren a los que tienen la mente positiva y los "chakras alineados".
Yo veo las cosas así: Esta vida es una compleja red, con muchísimas vías por donde ir, y con cada pequeña y banal decisión que tomemos durante el día estaremos recorriendo un camino distinto que tiene muchas encrucijadas por delante.
Lo curioso es que por nuestro camino ramificado cruzarán los caminos de miles de personas, y lastimosamente, la de estos entes también. Y esta red es tan enmarañada que su ley es el azar.
Podemos ser cuidadosos para que nos crucemos con situaciones y personas positivas, pero no podemos librarnos del azar.
Mi experiencia viajando por el Perú
Yo he viajado por la costa, sierra y selva del Perú, y hasta el momento, no me ha pasado nada malo. Ni siquiera cuando viajé por casi 3 meses con un famélico presupuesto, y en compañía de una chica extranjera.
Ella vino de un país relativamente más seguro, Francia. Así que en teoría, como local, yo debía de leer las señales de peligro para cuidar su inocente integridad.
Ella vino de un país relativamente más seguro, Francia. Así que en teoría, como local, yo debía de leer las señales de peligro para cuidar su inocente integridad.
¡Uf!, y yo nací en el Callao eh. En mejores manos no pudo estar... en teoría. Porque yo no soy un típico chalaco, porque la mayor parte del tiempo a mí se me escapan las tortugas.
Aún así, he aquí algunas situaciones de inseguridad "extremas" por las que mi acompañante y yo pasamos durante ese viaje:
- Huaraz (Mirador de Rataquenua):
¿Casualidad? ¿azar? ¿o poder de la mente enfadada? No lo sé. La situación fue así. Eran las 5 de la tarde y se nos ocurrió ir caminando hasta un mirador a las afueras de la ciudad, sin embargo, durante el camino, empezamos a discutir con vehemencia.
Mientras se desarrollaba la "batalla" verbal pasamos frente a un cementerio, —vaya escenario— que estaba lleno de vendedoras de flores y algunos rústicos quioscos en donde se podía conseguir agua, gaseosas, galletas y demás chucherías.
Harto de la discusión, decidí huir de ella en uno de esos quioscos para alejarme un rato de su malhumorada presencia con el pretexto de comprar una gaseosa. Ella mientras tanto siguió caminando sin importarle dónde yo estaba.
La señora del quiosco, que seguramente vio de lejos la acalorada discusión me preguntó al entregarme la gaseosa:
—¿Van para el mirador joven?
—Sí señora... ¡puf!, eso parece —le conteste haciendo una mueca.
—Es peligroso, mejor no vaya, es muy tarde ya, hace unos días mataron a una chica allí. Dile a tu amiga que regrese.
—¡¡¡Qué dice señora!!!
No hizo falta llamarla, mi compañera ya venía de regreso a buscarme. Tuvimos que abortar la caminata por obvios motivos. Quizá no hubiese pasado nada, pero si con esa casualidad fuimos advertidos de algún peligro, pues ¡alabado sea el azar y las peleas!
- Caraz en Ancash:
Eran las tres de la mañana, y mientras esperábamos la combi que nos llevaría a un pueblo cercano a la Laguna de Parón. Un amenazante grito rompió el silencio de la noche haciéndonos saltar del susto.
Por fortuna, se trataba sólo de un borrachín. Un señor de unos 50 años, tan ebrio, que apenas se podía mantener en pie.
El único daño que nos hizo aquel señor fue bajarse la cremallera de su pantalón para luego sacar a su "amiguito", y dar rienda suelta a sus necesidades fisiológicas en plena calle y frente a nosotros. ¿El peligro?, morirnos de la risa.
- Trujillo y Tumbes:
Nunca nos pasó nada en esas ciudades, a pesar que recorrimos sus calles con nuestras mochilotas y mi guitarra a cuestas, y además de noche.
Lo que sí me llamó la atención fueron las constantes alertas de los trujillanos y tumbecinos: "Cuidado", "no vayan por allá", "no salgan de noche es peligroso", "cuidado con las mototaxis son choros (ladrones)", "por esa calle asaltan".
No fue muy agradable sentir esa tensión en todo momento, pero debo agradecer el interés por nuestra seguridad de toda esa gente que se preocupó por nosotros.
- Ruta San Ignacio - Bagua Grande:
A mitad de la ruta entre estas dos ciudades, nuestra combi fue detenida por varios hombres armados con fusiles y pasamontañas en plena selva montañosa. Jamás supimos si eran militares, policías o qué sé yo.
Fue bastante aterrador cuando nos dimos cuenta que no era un control, sino una petición para que todos en la combi le diésemos dinero. Cosa que hicimos. Eso sí fue extremo.
- La Merced (Junín):
Apenas habíamos llegado a nuestro hospedaje, a sólo unos metros de la plaza principal, cuando llamaron a la puerta con fuertes golpes. Al abrir, varios militares con mirada fría y desconfiada exigieron nuestros documentos.
Nos hicieron muchas preguntas en tono bastante descortés, y luego revisaron las otras habitaciones —Pero dónde nos hemos hospedado caray—.
Felizmente, luego de unos minutos regresaron con nuestros documentos con un "gracias" y una sonrisa, ¡uf!
Reflexión final
Todas esas fueron las situaciones de peligro en los casi tres meses de viaje por el Perú. Son pocas comparado con la gran cantidad de buenas personas y acciones que vimos a lo largo del viaje.
Tener una actitud positiva durante una travesía ayuda mucho. Esta nos hace ver el mundo con otros ojos.
Contaminarnos con la "realidad" que se muestra en los medios de comunicación es fácil, evita prender la televisión, o ver noticias morbosas en la Internet.
No pretendo decir que vivimos en un planeta donde todos somos unos angelitos, la maldad existe en este mundo, pero ella no domina, si fuera así, la civilización humana ya se hubiese extinguido hace mucho tiempo.
Aún así, siempre es bueno cuidamos, y estar atentos a nuestra intuición (sí, esa vocecilla que nos alerta cuando algo está medio raro), y bueno, lo demás es azar. Y como dice mi realista y práctico padre:
"A veces, ni en el lugar más peligroso te llega a pasar algo malo, pero cuando estás "pedido" ni aunque te cuides, te puedes morir a sólo unos pasos de tu casa".
Así que vivamos, amemos, viajemos... ¡protégeme señor con tu espíritu! 😀
Paz para todos.
¿Has tenido alguna situación relacionada a la inseguridad durante tus viajes? Cuéntalo en los comentarios. Te leo.
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A mi me secuestraron en la frontera entre Israel y Jordania. Ahora lo veo como anécdota, sin embargo , en ese momento estaba aterrorizado.
ResponderBorrarHola Alan.
Borrar¿pero qué dices? ¿te secuestraron? eso sí es extremo, afortunadamente estás bien.
¿y cómo saliste de esa difícil situación?
llaveverde.org
ResponderBorrarViajar a lugares seguros es esencial, y elegir destinos con la certificación Llave Verde garantiza un compromiso con la sostenibilidad y el bienestar. Es una excelente opción para disfrutar de un viaje responsable y seguro.