Y de pronto, en algún momento de tu vida, eres realmente consciente de que todo en este universo acaba, se transforma, muere. Lo sé por experiencia pues una de las situaciones más traumatizantes que me ha tocado vivir ha sido la muerte física de mi mamá. Pero no es la primera vez que la muerte se lleva a alguien cercano. Perdí a dos compañeros de la escuela secundaria cuando aún era un preadolescente. Tiempo después falleció una tía, y el 2010 perdí a mis abuelas. Una de ellas de 105 años. Con tanto velorio asistido ya sabía que en algún momento todos íbamos a dejar este mundo. El conocimiento estaba ahí... superficialmente. Superficialmente porque aunque fue impactante, no llegué a sentir dolor ni sufrimiento. Un tesoro de incalculable valor Sabes, tuve la suerte y la bendición de tener como mamá al ser más noble, alegre, adorable e inocente que he conocido en mi vida . Siempre me sentí y me siento orgulloso de mi mamá, y cuando había oportunidad de presentarla a extraños ...
Blog personal, de música y viajes.