Y de pronto, en algún momento de tu vida, eres realmente consciente de que todo en este universo acaba, se transforma, muere.
Lo sé por experiencia pues una de las situaciones más traumatizantes que me ha tocado vivir ha sido la muerte física de mi mamá.
Pero no es la primera vez que la muerte se lleva a alguien cercano.
Perdí a dos compañeros de la escuela secundaria cuando aún era un preadolescente. Tiempo después falleció una tía, y el 2010 perdí a mis abuelas. Una de ellas de 105 años.
Con tanto velorio asistido ya sabía que en algún momento todos íbamos a dejar este mundo. El conocimiento estaba ahí... superficialmente.
Superficialmente porque aunque fue impactante, no llegué a sentir dolor ni sufrimiento.
Un tesoro de incalculable valor
Sabes, tuve la suerte y la bendición de tener como mamá al ser más noble, alegre, adorable e inocente que he conocido en mi vida. Siempre me sentí y me siento orgulloso de mi mamá, y cuando había oportunidad de presentarla a extraños o amigos se me inflaba el pecho diciendo: ¡Ella es mi mamá!
Y cuando ella se fue acercando a los 80 años, fui cada vez más consciente de que no estaría conmigo siempre. Sentía miedo de perderla y a veces aceptación, pero trataba de no pensar en ello, a veces sólo negaba que eso fuera a pasar.
Y pasó...
Ahora me siento vacío, y mi consuelo es que, bueno... iba a pasar tarde o temprano, y nada yo podía hacer. Además no es algo que sólo le ha pasado a ella, todos vamos a morir. Yo voy a morir, no se si de viejo, de una enfermedad atroz, en un accidente o mientras escribo esto. No lo sé. Sólo sé que mi cuerpo se terminará descomponiendo de forma grotesca hasta quedar en los huesos.
Y con tan devastador golpe, también me he dado cuenta de algo más, algo súper obvio, pero ahora lo siento como una revelación mística oculta: la vida, amigos míos, es una reverenda porquería la mayor parte del tiempo, o como dirían mis amigos budistas, la vida es sufrimiento.
Buscando respuestas en el dolor y la rabia
Una tarde mientras andaba en los vaivenes al hospital por mi mamá, surgió una pregunta en mi cabeza: ¿porqué la vida sensible tiene que pasar por tanto dolor? Desde una dolorosa enfermedad terminal en un inocente niño, hasta el agónico sufrimiento de un antílope africano siendo devorado vivo por perros salvajes.
¿Porqué la vida tiene que ser tan cruel?
La primera respuesta me la dio una señora que también tenía a un familiar internado y que había congeniado muy bien con mi hermana en las largas esperas fuera del hospital.
La señora, según me contó mi hermana, es una persona bastante espiritual, practicante de la meditación y creyente en la capacidad de curar usando la "energía".
"La vida es un aprendizaje para que tu alma evolucione, el dolor nos hace fuertes" era básicamente su lema.
La idea no era nueva para mí, tenía esos conceptos como teoría en mi cabeza, sin embargo, en momentos de gris incertidumbre y preocupación por mi mamá, la idea del aprendizaje con dolor parecía tener muchas fallas.
"¡Quien haya creado ese plan tiene que ser una vil entidad!" Fue lo primero que teoricé.
Es que no hay justificación para tanto sufrimiento. Si las enfermedades sólo atacaran a modo de "prueba" a partir de la edad adulta, cuando se supone que una persona tiene una mejor compresión de las cosas, compraría esa idea con recelo. Pero, cuando el dolor cae sobre un bebé, ¿o un niño?
¿Tenemos que pasar obligatoriamente por esta siniestra prueba para aprender y evolucionar?
"Oh no, es que tu dura prueba también depende de tu karma de tu anterior vida y..."
¡Basta! ¡no aguanto tantos inventos para justificar que todo funciona mal por aquí!
Dios es malévolo
Y sí, creo en dios, es algo cultural, ya que me crie como cristiano católico, así que la idea de un dios creador está arraigada en mí, aún después de haber pasado muchos años por el budismo, el panteísmo y el ateísmo.
Y no hace mucho veneraba todo lo que veía, la naturaleza, las estrellas. El funcionamiento del universo me parecía maravilloso. Ver lo orgánico y la "perfecta" maquinaria que es la vida me asombraba, y ni hablar del mundo de las partículas subatómicas y el mundo cuántico.
Después todo de la partida de mi mamá hoy todo eso me parece un engaño, nada de qué conmoverse. Sólo una prisión en la que se distrae al espíritu con placeres transitorios. No puedo considerar como un ser perfecto y "amoroso" al que creó este mundo físico imperfecto, de mal gusto y lleno de sufrimiento.
¿Y si el dios creador que menciona la biblia existe pero no es el verdadero dios?
Esta desquiciada idea ya la había tratado, pero de forma cómica en una entrada en un blog llamado Gatolicismo que creé hace muchos años.
Curiosamente esta idea es viejísima (sin el gato-nogato, claro). Y recién me estoy enterando que existen muchas tradiciones espirituales y filosóficas, como el cristianismo primitivo, que tratan de explicar estas cuestiones.
Ha sido bueno descubrirlas. ¡He descubierto oro! Ya voy entendiendo la idea de dios y el seudodios (el demiurgo).
Y bueno, mientras siga por estos lares, sólo queda seguir descubriendo y preparándome para cuando llegue mi momento de salir de esta "realidad", no sé lo que nos espera con seguridad, sin embargo, de lo que si estoy convencido es que hay algo más. Y hoy que es mi cumpleaños, saludo a mi mamá, por un año más de nuestro vínculo eterno.
Y a pesar de este engaño, haré que valga la pena pasar por aquí.
Un saludo en donde estés Chonita. 💗
Excelente reflexión amigo. Y si, aunque la vida sea la mayor parte del tiempo una mierda, es la única que tenemos. Solo nos queda vivir, que todo lo que implica. Un abrazo.
ResponderBorrarAtte. Benji Z.
Benji! Gracias por tomarte el tiempo de leer y comentar. Y sí, tienes razón, sólo nos quedar vivir y continuar, pero mientras haya música, te aguanto 200 años jjajaja
BorrarUn abrazo 😊